EJÉRCITO ROJO

"Por haber licenciado el Gobierno del Frente Popular, al producirse el Alzamiento, a todos los soldados que se encontraban en filas —si bien pronto se rectificó esta medida—, el Ejército rojo se constituye en un primer momento a base de las milicias marxistas unificadas (socialdemócratas y comunistas), que al advenimiento del Frente Popular como Gobierno se habían formado por iniciativa de éste, como fuerza coactiva al servicio de la política de dicho Frente Popular. Estas milicias marxistas —que a partir del 16 de Febrero de 1936 detenían a los automóviles, obligándoles a entregar cantidades de dinero en favor del Socorro Rojo Internacional, por todas las carreteras, y cacheaban a los ciudadanos en todas las poblaciones, atribuyéndose funciones de policía— hacen su primera presentación oficial, perfectamente uniformados y disciplinados militarmente, durante el referido período pre-revolucionario, en la manifestación de primero de mayo del año 1936, prácticamente exceptuadas de la medida prohibitiva dictada por el Gobierno que había afirmado «que no se permitiría ninguna clase de milicias de carácter político uniformadas, y mucho menos su exhibición por la vía pública». 

En segundo lugar se forman unidades de milicianos con individuos de las sindicales obreras y partidos políticos frentepopulistas, tituladas con diversos nombres más o menos expresivos: «Leones rojos», «Columna de Hierro», «Temple y Rebeldía», «Amor y Libertad», «Spartacus», etc. Y, por último, se integran en el Ejército rojo los presos por delitos comunes, recién libertados: asesinos, ladrones y reos de delitos análogos de derecho común. 

Un caso que comprueba la afirmación del origen de las más destacadas unidades del Ejército rojo, cuya recluta fue realizada en los medios criminales, es el de la tristemente célebre «Columna de Hierro», de filiación anarquista, que sembró el terror desde el principio de los sucesos revolucionarios en toda la zona de Levante: Del 25 al 26 de agosto de 1936, por orden expresa del Frente Popular, fueron abiertas en Valencia la cárcel Modelo y el presidio de San Miguel de los Reyes, en que cumplían su condena, por delitos graves, centenar de delincuentes comunes. Sólo se exigía para la libertad que los excarcelados se afiliasen —dentro de la misma prisión— a cualquier partido político del Frente Popular. Los expresidiarios, libertados en masa, pasaron a engrosar las milicias dependientes del grupo de defensa de la C. N. T. y a partir de entonces, organizada ya a base de estos elementos la «Columna de Hierro)), esta unidad roja lleva a cabo toda clase de crímenes en las provincias de Levante, siendo varias las prisiones asaltadas por estos expresidiarios, que dieron muerte en ellas a multitud de presos políticos cuya detención era debida a sospechárseles desafectos al Frente Popular. En Valencia, el 14 de septiembre de 1936, es asaltada la cárcel Modelo por dos centurias de la «Columna de Hierro», mandadas por José Pellicer Gandía y Pascual Rodilla. Y en la misma fecha asaltaron el Archivo de la Audiencia y el del Gobierno Civil, sin que las autoridades rojas se opusieran ni aun formulariamente a estas actividades. De dicha «Columna de Hierro» se disgregaron varios grupos intitulados «Nosotros», «Los Indeseables» —formado por catalanes—, «Los Iconoclastas» y «Star», que tuvieron sometida a su capricho la región valenciana.

Se acompaña con el número 2, B y C., fotocopia de la Gaceta de Madrid, de 25 de enero de 1937, publicación oficial del Estado rojo, en la que aparece el Decreto-Ley de 22 de enero de 1937, en virtud del cual se amnistía —no se indulta, sino que se amnistía, medida aplicada hasta entonces en España y en el mundo entero civilizado, únicamente a los delitos puramente políticos-- a los asesinos y ladrones y a toda clase de maleantes que en «considerable número», como expresa la aludida disposición, forman parte del «Ejército del pueblo».

Todo este conjunto vino a formar el llamado Ejército popular, y a tales milicias se acuerda entregar las armas en la fecha histórica del 18 de julio de 1936, como resultado de la reunión que con el Presidente de la República, Manuel Azaña, tienen en el Palacio Nacional Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto, ambos dirigentes del Partido Socialista, y los prohombres republicanos Diego Martínez Barrio (Presidente de las Cortes), Lara, Barcia y Sánchez Román. Largo Caballero mantuvo la decisión de armar al pueblo, criterio que, en definitiva, prevaleció por la decisión, de enorme trascendencia y responsabilidad histórica, del Presidente de la República, Manuel Azaña, quien alegó —según la declaración prestada por D. Ramón Feced Gresa, ex Ministro de la República y miembro del Partido Nacional Republicano, dirigido por el Sr. Sánchez Román— que «las teorías sin masas, no tenían valor».

El Sr. Sánchez Román refirió al Sr. Feced la expresión de satisfacción y de triunfo que se reflejó en el rostro de Largo Caballero al escuchar la decisión del Presidente de la República, que llevaba en sí la imposición de dictadura marxista. Sánchez Román, ante una resolución tan grave, no se atrevió a prestar la adhesión de su partido al Gobierno que se formase.

Y al poco tiempo, y cuando la turba, encabezada por asesinos y malhechores de todas clases cometía, con las armas proporcionadas por orden del Presidente de la República, los desmanes ya conocidos, D. Manuel Azaña manifestó —también según declaraciones del Sr. Feced— «que cada día se sentía más satisfecho de no haber escuchado el consejo de quienes proponían no se debía armar al pueblo».

Constituido el Ejército rojo, figuran, por excepción, en él algunos militares de carrera, entre los cuales descuellan el General Miaja y el entonces comandante Vicente Rojo (que más adelante alcanza el grado de General por sus servicios al Gobierno marxista). Para apreciar la falta de sinceridad en la actitud de estos dos jefes, a quienes el Movimiento sorprende en zona dominada por el Gobierno rojo, bastará tener en cuenta el hecho de que ambos militares figuraban inscritos en la organización «Unión Militar Española (U. M. E.), que había sido formada frente al empuje demagógico de la República con el fin patriótico de oponer en el momento oportuno un dique capaz de salvar a España del embate comunista. Llegado este momento y fracasado el Alzamiento Nacional en Madrid, el General Miaja y el Comandante Rojo, que ven la suerte corrida por tantos jefes y oficiales del Ejército —muchísimos de los cuales son asesinados por el solo hecho de pertenecer a dicha U. M. E.—, lejos de solidarizarse con sus compañeros, se apresuran a brindar sus servicios al Frente Popular. Pero como su conciencia no está tranquila, y creen que con hacer desaparecer la ficha de pertenencia a la mencionada organización, desaparecerá el rastro de su actuación anterior, el día 18 de julio de 1937, el General Miaja, acompañado del que era Comisario General de Policía de Madrid, David Vázquez Baldominos, y del Comisario-Jefe del fichero político a cargo de la policía roja, se presentó en dicho departamento y ordenó se le mostrara su ficha y la del entonces coronel Vicente Rojo, y, una vez en su posesión ambas fichas, se las guardó en el bolsillo. Los funcionarios de dicho negociado, auténticos frentepopulistas, vieron con desagrado semejante conducta, por lo que decidieron levantar un acta, a fin de atestiguar lo ocurrido, acta que reviste interés histórico. 

Francisco Largo Caballero, en ocasión de un informe que rinde ante el Comité Ejecutivo de la U.G.T., con motivo de su salida del Gobierno en mayo de 1937, como Presidente del Consejo de Ministros —debido a una intriga comunista, que proporciona el Poder al Dr. Negrín—, da una lista de militares afiliados a la U.M.E., en la que figuran «el General José Miaja y el Coronel Vicente Rojo.

El Ejército del Frente Popular queda muy pronto sujeto a la vigilancia del Comisariado Político, copia bastante aproximada del Comisariado Político Soviético. El primer Comisario General fue el socialista comunistoide Álvarez del Vayo; la influencia soviética fue decisiva, adaptándose como insignia del Comisariado la estrella roja de cinco puntas, extendida a todo el Ejército del Frente Popular, que adoptó como saludo militar el ademán del puño cerrado en alto".





Fuente: "Causa General - La Dominación Roja en España", cap X "Ejército Rojo".
Fotografía: Documento número 1 del anexo: "Primero de mayo de 1936 en Madrid. Período pre-revolucionario. Prohibidos por el Gobierno del Frente Popular los desfiles de formaciones militarizadas. Esta prohibición no alcanza a las milicias marxistas, precursoras del futuro Ejército rojo".

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